Este es un poemilla de reciente creación, dedicado a todo aquel que ejerce lo que se llama violencia machista. Nunca he entendido cómo se puede maltratar lo que nos da la vida, lo que le da sentido al caminar diario por duro y árido que este sea. Parece que nos hemos acostumbrado a ver estos casos a diario en los medios de comunicación, pero yo no me acostumbro. Me rebelo contra eso, y esta es mi forma de mostrar mi rechazo a esta situación.
No tienes perdón
Piensas que estás en tu derecho
Para hacer cosas de valor nimio
Que todos bajo tu techo
Deben plegarse a tu dominio
Crees que dominas su cuerpo
Su mente, su alma y su vida
Que debes marcar el terreno
Con sangre de sus heridas
Dices que sólo tú sabes
Lo que conviene a tu otra mitad
Que sólo tú tienes la llave
Que nadie más por ti decidirá
Nunca has visto, sin embargo
El miedo en sus ojos por la mañana
El odio metido en alguien tan dulce
La mirada perdida hacia la ventana
No crees que tengas que alejarte
Tú dices que sabes lo que le conviene
Lo que tú no sabes es cómo pararte
Deja de humillarla, que vienen los nenes
No busques excusas para tus hazañas
No tienes perdón y ya a nadie engañas
Aléjate, deja de provocar sufrimiento
No ves su dolor, no escuchas sus lamentos
No tienes perdón, no te creas superior
Por ser tan cobarde con tu otra mitad
No sientes dolor, no tienes corazón
No ves más allá de tu mediocridad
viernes, 29 de agosto de 2008
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1 comentario:
El tema que tratas, como bien dices, es reprobable.
Me parece curiosa la idea de dirigir a un maltratador un poema, ya que seguramente no tendría la sensibilidad adecuada para apreciarlo.
Técnicamente me han gustado dos imágenes o expresiones:
1) El contraste expresado en: "el odio metido en alguien tan dulce"
2) La expresividad de los versos: "Que debes marcar el terreno / Con sangre de sus heridas".
Sigue adelante.
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