lunes, 15 de septiembre de 2008
Corazones de alquiler
Apenas veo la televisión, sólo cosas muy elegidas, pero tengo la sensación de que es un gran vertedero en el que cabe porquería de todo tipo. Hace casi un mes que lo escribí, y hoy mismo he visto a Ángel Llacer reconociendo lo que ya intuía, que todas las broncas catódicas en este tipo de programas de nominados es fruto de un guión. Vamos, que tratan de engañarnos y algunos se lo siguen creyendo...
Corazones de alquiler
Vivimos tiempos fríos en los que
Mandan los corazones de alquiler
Vivimos en un tiempo en el que no
Posee gran importancia tu querer
El corazón se vende a todo aquel
Que ponga precio al alma y a la piel
El alma está a la venta para quien
Oferte el mejor precio por doquier
El corazón se encuentra en alquiler
Busca por las esquinas su postor
Para obtener partido de aquello que
Debería ser privado y no trascender
Vivimos tiempos duros para quien
Pretenda huir del circo sin final
De cámaras que venden su virtud
De virtudes que venden su final
Tenemos corazones de alquiler
Para los que no hay crisis alguna
Vendemos almas, siempre hay quien
Las compra y nos muestra sus lagunas
Vivimos tiempos extraños en los que
Mandan los corazones de alquiler
Se alquilan las alcobas por doquier
Meten la mano en el vertedero aquel
Utopía
Hace casi dos décadas me invitaron a una boda e hice un verso que se quedó perdido en el tiempo y en la memoria. Hace poco lo rescaté y, tirando del hilo, hice un canto a la utopía, a la vida sin violencia. Porque sigo pensando que en este mundo las cosas irían mucho mejor con menos cañones y más amor.
Utopía
Hago un canto a la utopía
A un deseo incomprendido
El de pasar por la vida
Sin violencia y con sentido
Utopías que se cumplen
Deseos que no se hacen
Realidad en esta cumbre
Esta cumbre donde yacen
Donde yacen mis ideas
Mi utopía irrealizable
Un sueño que no se cumple
Un deseo que no se hace
Que realidad no se vuelve
La utopía es tan ajena
Que nunca se cumplirá
No tendré las manos llenas
De paz, de nuevos valores
Lejos de leyes humanas
Que sólo disparen flores
Que nunca disparen balas
En este mundo las cosas
Irían mucho mejor
Si en vez de tantos cañones
Pusiéramos más amor
Amor entre hermanos antes
Y después de la batalla
Que el cariño nunca falte
Que no sobre la esperanza
Hago un canto a la utopía
A mi deseo incumplido
Canto al sueño de vivir
Sin violencia y con sentido
Deseo
Además de una canción de Pedro Guerra, una de las canciones de cabecera para mí, este es un homenaje al deseo, uno de los vectores que mueve la vida de cualquiera de nosotros. ¿O acaso no es así?
Deseo
Tanto tiempo dormido
Tanto tiempo malherido
El deseo ha regresado
A por los años perdidos
Tantos días dormitando
Tantas lunas hibernando
El deseo vuelve ahora
Ya se va desperezando
Tanto tiempo sin señales
De vida ni de deseo
Ahora las veo tan claras
Tan meridianas las veo
Las veo, yo las persigo
Las señales del deseo
Del mismo por el que sigo
Aferrado al mismo sueño
El sueño en el que veía
Manifestarse el deseo
Encarnado en tu vida
Representado en tu cuerpo
Tu cuerpo en el que dibujo
El amor que por ti siento
El amor que, siendo brujo
Hechiza mi cuerpo entero
Mi cuerpo que por ti grita
Grita y grita su deseo
Ese que estuvo dormido
Que busca el tiempo perdido
Perdido por ti me siento
Perdido por tu deseo
Por tu latido percibo
El deseo tan adentro
Sin un gramo de nostalgia
En la misma línea, este poema intenta incidir en la idea de que no hay nostalgia en mi presente, que disfruto como un enano de mi día a día, y que quiero seguir haciéndolo. Como decía Silvio Rodríguez, "soy un hombre feliz y quiero que me perdonen en este día los muertos de mi felicidad".
Sin un gramo de nostalgia
Podría contarte que echo de menos
Mi vida anterior, los años pasados
Podría decirlo, pero no es cierto
No siento nostalgia ni de lo ganado
Podría decirte que siento añoranza
De lo que viví cuando era más tierno
Prefiero aferrarme a mi esperanza
Para no volver a entrar en el infierno
Podría afirmar, si quisiera mentirte
Que añoro los años que solo he pasado
Pero no es el caso ni me siento triste
Ni añoro el tiempo sin carne ni pecado
Podría yo incluso contarte que nunca
Sentí cosas como las de aquellos años
Que echo de menos la soledad maldita
Pero mentiría y me haría más daño
Por eso te digo, si he de ser sincero
Que no guardo ni un gramo de nostalgia
Que tengo el bolsillo vacío y a cero
Encaro con gran ilusión el día a día
Ya no tengo quince años
El poemario que he editado este año, "Sueños vetados", es un reflejo de lo escrito desde mi adolescencia. En muchos casos, consecuencia del sufrimiento que conlleva ser un adolescente rechazado por el sexo opuesto. Pero las cosas han cambiado, por suerte para mí, y lo que escribo ahora poco o nada tiene que ver con aquello. Por eso, intento decir que aquella edad se pasó, que ya no es lo mismo. Que ahora es mejor, por muchas razones. Al final, la vida no deja de ser una constante búsqueda, un aprendizaje sin final.
Ya no tengo quince años
Pasa el tiempo, veloz, raudo, efímero y sibilino
Deja su huella en mi vida, con su bagaje o su carga
Episodios que marcaron un desvío en el camino
Otros se esfumaron sin un triste poso en mi alma
Ya no tengo quince años, ya no escribo como antes
Ni sufro por los amores que fueron una utopía
Ya no soy adolescente, todo avanza y yo a la vez
Tengo otras motivaciones para llenar las cuartillas
Deja el reloj una marca dentro de nuestra cabeza
Que aumenta miedos y dudas y disminuye certezas
Pasan los días implacables y dejan su sedimento
Y nos obliga a dar giros, casi siempre son inciertos
Pone el tiempo una bandera como una señal triunfante
En el suelo que conquistó con el miedo por delante
Sitúa mi vida en la suya, condiciona mis recuerdos
Ya no tengo quince años, ni voluntad de tenerlos
Vetados fueron los sueños hasta que yo abrí la puerta
Para que al mundo salieran, para darles libertad
Prohibido estuvo el deseo hasta que apareció ella
Se esfumó la adolescencia, se marchó la pubertad
Hay cosas que siguen hoy tan lejos de mi alcance
Otras llegaron y las puedo disfrutar a cada instante
Ya no tengo quince años, ni soy aquel del pasado
Busco otras ubicaciones a mis sueños realizados
Las ganas de seguir
Las ganas de seguir
Nos han dicho tantas veces que jamás
Nos ha faltado de nada, que vivimos más
Y mejor de lo que se hacía con anterioridad
Que no estábamos ahí cuando lo pasaron mal
Nos dicen desde hace tiempo que quizás
No sabemos todo lo que tenemos valorar
Que somos desagradecidos por no saber
Qué somos, qué tenemos y qué pudimos ser
Nos dicen que no sabemos vivir sin derrochar
Que antes el día pasaba con un pedazo de pan
Dicen que siempre hacemos del vicio necesidad
Con cosas que hace tiempo no se podían soñar
Nada nos dicen de cuánto cuesta del nido volar
De los precios por las nubes con la dichosa unidad
La callada es la respuesta cuando se trata de hablar
Del paro, de la violencia, del miedo a la soledad
Pero nadie va a poder quitarnos nunca jamás
Las ganas de seguir luchando en esta diaria travesía
De mirar hacia el futuro, tenga la cara que tenga
De no perder el compás en el duro día a día
miércoles, 3 de septiembre de 2008
En las primeras horas del día
En las primeras horas del día
En las primeras horas del día
He tenido claro cuál es mi destino
He entendido que sin tu compañía
Mi vida será siempre un desatino
En las primeras horas del día
He soñado con estar siempre contigo
He sabido que sólo tendré alegría
Si de tu mano por la vida yo transito
En las siguientes horas del día
He tenido tu cariño a manos llenas
He entrado en un mar de felicidad
Con un agua plácida y sin mareas
En las siguientes horas del día
Te he echado de menos un instante
Tu ausencia se ha tornado en mi agonía
Mis lágrimas fueron piedras rodantes
En las últimas horas del día
He visto con nitidez cuál será mi camino
He dejado que Morfeo me abrazara
También eso lo compartiré contigo
En las primeras horas del día
He tenido claro cuál es mi destino
He comprobado que si ti, mi vida
No podré ya recorrer ningún camino
Tus ojos
Tus ojos
Faros que mi sendero iluminan
Vigilantes de mi transitar sin rumbo
Por tus ojos mi vida camina
Se siente feliz en su paso por el mundo
Brillan en la mitad de la oscuridad
Son el referente de todos mis días
El espejo en el que me miro de verdad
Su luz me hace elegir la buena vía
Infinito lago de bondad en el que miro
Tu belleza, mi destino, tu calor y tu verdad
Infinita eternidad que dura sólo un suspiro
Un instante pasajero que nunca acabar podrá
Deslumbras al sol cada vez que me miras
Apagas el astro rey, sólo tú puedes brillar
Tus ojos dicen que a tu lado me necesitas
Tu mirada me pide “quédate una noche más”