Llevo varios días con una canción en la cabeza. No la puedo sacar de ahí. Se llama "Pequeñas monedas y grandes mentiras", y es de Quique González. Tantas vueltas ha dado en mi mente que, al final, su primera frase me ha dado pie a hacer un nuevo poema.
En las primeras horas del día
En las primeras horas del día
He tenido claro cuál es mi destino
He entendido que sin tu compañía
Mi vida será siempre un desatino
En las primeras horas del día
He soñado con estar siempre contigo
He sabido que sólo tendré alegría
Si de tu mano por la vida yo transito
En las siguientes horas del día
He tenido tu cariño a manos llenas
He entrado en un mar de felicidad
Con un agua plácida y sin mareas
En las siguientes horas del día
Te he echado de menos un instante
Tu ausencia se ha tornado en mi agonía
Mis lágrimas fueron piedras rodantes
En las últimas horas del día
He visto con nitidez cuál será mi camino
He dejado que Morfeo me abrazara
También eso lo compartiré contigo
En las primeras horas del día
He tenido claro cuál es mi destino
He comprobado que si ti, mi vida
No podré ya recorrer ningún camino
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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5 comentarios:
Me gustó mucho tu poema. Las primeras horas del día pueden dar mucho juego. Je, je, je.
También me ilusionó tu referencia al gran Quique González, pues es uno de mis cantautores favoritos y tengo toda su discografía. Perdámonos en la ciudad del viento o bañémonos en salitre. Seguro que eso nos hace sentir mejor. Un abrazo, amigo.
Si es cierto , en las primeras horas del día cuanto podemos llegar a sere?
son todo un mundo abierto,,,
el resto del día es simple magia mi querido poeta!
un abrazo
Venía a leerte de nuevo.
Te dejo mi abrazo.
Cuídate.
Gracias a todos por vuestros comentarios, me alegra saber que seguís mis pequeños pasos... en breve colgaré algún poemilla más, cuando pase un fin de semana bastante completito que tengo... Un abrazo a todos!!!
Buen fin de semana, compañero.
Te espero.
Un abrazo.
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