lunes, 15 de septiembre de 2008

Ya no tengo quince años


El poemario que he editado este año, "Sueños vetados", es un reflejo de lo escrito desde mi adolescencia. En muchos casos, consecuencia del sufrimiento que conlleva ser un adolescente rechazado por el sexo opuesto. Pero las cosas han cambiado, por suerte para mí, y lo que escribo ahora poco o nada tiene que ver con aquello. Por eso, intento decir que aquella edad se pasó, que ya no es lo mismo. Que ahora es mejor, por muchas razones. Al final, la vida no deja de ser una constante búsqueda, un aprendizaje sin final.

Ya no tengo quince años

Pasa el tiempo, veloz, raudo, efímero y sibilino
Deja su huella en mi vida, con su bagaje o su carga
Episodios que marcaron un desvío en el camino
Otros se esfumaron sin un triste poso en mi alma

Ya no tengo quince años, ya no escribo como antes
Ni sufro por los amores que fueron una utopía
Ya no soy adolescente, todo avanza y yo a la vez
Tengo otras motivaciones para llenar las cuartillas

Deja el reloj una marca dentro de nuestra cabeza
Que aumenta miedos y dudas y disminuye certezas
Pasan los días implacables y dejan su sedimento
Y nos obliga a dar giros, casi siempre son inciertos

Pone el tiempo una bandera como una señal triunfante
En el suelo que conquistó con el miedo por delante
Sitúa mi vida en la suya, condiciona mis recuerdos
Ya no tengo quince años, ni voluntad de tenerlos

Vetados fueron los sueños hasta que yo abrí la puerta
Para que al mundo salieran, para darles libertad
Prohibido estuvo el deseo hasta que apareció ella
Se esfumó la adolescencia, se marchó la pubertad

Hay cosas que siguen hoy tan lejos de mi alcance
Otras llegaron y las puedo disfrutar a cada instante
Ya no tengo quince años, ni soy aquel del pasado
Busco otras ubicaciones a mis sueños realizados

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